26 de abril de 2009

OTRA OPORTUNIDAD

La luz era cegadora. Se incorporó y miró a su alrededor. No sabía dónde estaba.
Estaba rodeado de lo que parecía un desierto infinito, en el que la luz solar abrasaba cada metro cuadrado de arena.
Él no sabía el motivo por el que se encontraba allí. No recordaba dónde estaba antes de despertar en aquel infierno sin sombra.
Mientras pensaba en todo esto y en qué hacer, una intensa ráfaga de luz volvió a cegarle. No era luz solar. Esta ráfaga inundó todo el cielo, reduciendo su imagen visual del mismo a un fondo blanco que hacía que sus párpados se cerrasen.
Paró. Todo volvió a ser normal. Bueno, no tan normal.
Ahora se encontraba en lo que parecía ser el fondo de un barranco, en el cual había un pequeño arroyo que se perdía entre una densa capa de vegetación unos metros más adelante.
Mientras inspeccionaba el lugar con la vista, llegó a ver un coche calcinado que yacía volcado junto al arroyo. Se acercó, ya que, por alguna razón, le resultaba familiar. Todo era muy confuso.
Cuando se hubo acercado al coche, pudo ver que había manchas de sangre en algunos guijarros cercanos a uno de los laterales del automóvil. No tardó mucho en darse cuenta de que formaban un rastro que se dirigía al lugar en el cual se perdía el río.
Aquello era muy extraño, aunque ya no sabía muy bien a qué atribuir ese adjetivo, visto lo visto.
Antes de poder empezar a seguir el rastro, otra ráfaga de luz idéntica a la primera volvió a cegarle. ¿Dónde aparecería ahora?
Abrió los ojos y lo que vio le sorprendió mucho más que todo lo anterior. Aquello era surrealista, tenía que ser un sueño.
Se encontraba en una oscuridad absoluta y gélida. No había ni arriba ni abajo. Era totalmente abstracto.
Una voz grave y sin origen visible, pronunció las siguientes palabras:
“Has estado a punto de pertenecerme, pero aún no es tu hora. Tienes otra oportunidad. No la desaproveches.”
Dicho esto, una tercera ráfaga de luz consumió la oscuridad.
Abrió los ojos una vez más. Ahora estaba en la habitación de un hospital.
Minutos más tarde fue informado de que había estado en coma durante varios días tras sufrir un accidente de coche. Parecía que, al fin y al cabo, iba a tener otra oportunidad. Otra oportunidad para disfrutar una vida que casi le fue arrebatada.
Francisco José Ruiz Pérez
:.

No hay comentarios:

Publicar un comentario