pelotas de golf de cristal
veneziano, amarillas por
la edad y por el tabaco.
Deja caer la ceniza
y araña al gato
al reflejo del zapato
disfrazado de betún mal extendido.
Habla un canoso Matías Prats
sobre inflación, un robo o la
última violación (morbo morbo
queremos a la audiencia).
No aguantar el enfisema,
no llegar a la bombona de oxígeno
y regular los minutos de su vida,
prolongarla. Por llegar no llega
ni al botón verde botella
de VitalAssistant para hablar
con una desconocida llamada Hanna
que lo escucha mientras come
arroz blanco sin hambre y sin
hombre al otro lado de la mesa.
Las canicas se apagan, se desligan,
se vuelven pétreas.
El oxígeno dicta sentencia:
Oximesa llegó tarde otra vez.
Y en la canica un capilar
hace plaf, y Hanna no lo
escucha, no lo oye no lo siente,
no le llora a los muertos al otro
lado de una línea gélida e
ingrávida.
RIP. DEP.
Jose Alberto Arias Pereira
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