26 de abril de 2009

LA VENGANZA DE LA LUNA

Selene.
Te veo todas las noches, Selene.
Ante mi ventana, grande, vaporosa, eterna.
En mis sueños te veo, Selene, bajo tu eterna luna roja.
Al amanecer tu recuerdo me castiga.
Al anochecer tu presencia me atormenta.
En mi sueño, contemplas la sangre en mis manos.
Tu sangre.
Ya no eres vaporosa, ya no eres grande.
Tu cabello de seda se enrosca en mí.
Pero no es seda: es fuego.
Quemas mi cuerpo y mi alma
Hasta que el sol logra rescatarme
Y una oscura lágrima de sangre me recuerda
Que esta noche regresarás.
Selene, siniestra Selene de la luna sangrienta.
Mi cuerpo hace tiempo que fue pasto de los gusanos.
Pero la furia de mi Selene no es mortal,
Y mi alma descansará en el fuego de esta eterna luna sangrienta,
Sin sol ni esperanza,
Sólo Selene…
… y la sangre en mis manos.




Mª del Rocío Varela Martín



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